en una casa campestre marcia conversaba con algunos de sus amigos en la sala cuando en eso su hermana menor natalia entró rauda y llorosa a través de la puerta que estaba entreabierta dirigiéndose de frente a su dormitorio sin ver ni saludar a nadie.
alarmada, marcia la siguió.
-¡¿qué te ha pasado? ¿por qué estás así? ¿alguien te ha dicho algo o hecho algún daño?! ¡contesta! -le dijo una vez que llegó hasta ella.
-no, nada, sólo una tontería de chicos idiotas. -dijo natalia sin querer soltar prenda por orgullo.
aquella respuesta tranquilizó un poco a marcia, pero así y todo insistió, pues ella quería mucho a su hermana menor y siempre trataba de protegerla de todo.
-y, ¿qué fue esta vez?
-yo venía para acá y unos chicos que estaban en la esquina al parecer estaban hablando de las chicas del pueblo y le alcancé a escuchar a uno de ellos, sobre lo fea que era yo sin saber ellos que yo estaba cerca y que los podía oír. cuando me vieron, uno de ellos, miguel, creo, llegó a decir: "y hablando de la reina de francia..."
-olvídalos. mejor ven a la sala para que te distraigas.
-no, mejor no. mejor me quedo en mi cuarto.
-está bien, como quieras.
lo que natalia no le dijo a marcia por orgullo es que ella había escuchado mucho más, que los chicos la habían comparado con marcia y que ella, natalia, había perdido en la comparación. y era siempre así, los chicos siempre iban detrás de marcia prefiriéndola antes que a ella. y esto sucedía incluso en su propia familia, pues natalia sentía que marcia era la preferida de sus padres y esto le causaba dolor y resentimiento hacia ella a pesar de lo mucho que la quería. natalia tenía sentimientos encontrados hacia su hermana mayor.
aquella pequeña reunión en la sala terminó y con el paso del tiempo toda la actividad de la casa cesó. natalia, vencida por el cansancio y el fastidio se quedó dormida, pero a eso de las nueve de la noche se despertó y se desnudó para vestirse adecuadamente para irse a dormir, pues se había recostado encima de la cama con su ropa de calle.
a eso de las diez de la noche, teniendo el sueño un tanto ligero, un ruido sostenido y desigual como del roce de una persona subiendo por la parte exterior de la casa ayudado por las enredaderas y los listones de madera que las sostenían la despertó del todo. y, cuando oyó sus ligeras pisadas ya en su balcón, no sabía muy bien a qué atenerse. así que guardó silencio.
-marcia, ¿estás ahí? -dijo una susurrante voz juvenil que natalia no pudo reconocer pero que le era familiar. y, traspasando casi la puerta entreabierta que conectaba el balcón con el dormitorio, añadió: -marcia, ¿sigues dormida?
-antonio, -le dijo también susurrando natalia, al mismo tiempo que lo jaló del brazo haciéndolo pasar a su cuarto. -¿es que quieres morir? si mi padre te ve aquí, te mata a balazos. ¿cómo se te ocurre? -terminó por decirle.
-oh, esto no está bien, nada bien. ¡me equivoqué de cuarto! además, marcia no sabe nada de esto, quería darle una sorpresa. y su balcón está un tanto alejado, ni estirando las piernas llego, tendría que ir por las enredaderas y encima, tú estás enterada de todo.
-por impulsivo mira ahora en lo que te has metido, y de paso a mí también. si mi padre te encuentra aquí, te mata; y yo, tampoco la pasaré bien.
ambos terminaron sentándose juntos en el borde de la cama sin saber muy bien qué hacer.
-al menos moriré en el cuarto de una linda chica. -dijo antonio sonriendo un tanto nervioso.
-vamos, que no estoy para bromas. -le dijo natalia tratando de mirarle a los ojos para saber si era sincero, pero la penumbra se lo impedía. -además, -añadió- tú has venido por marcia y si salgo para pasarle la voz, despertaré a mis padres y querrán saber qué está ocurriendo.
-olvídate de marcia, ¿cómo puedes pensar en marcia en estos momentos? porque, yo no. y, a ¿qué bromas te refieres cuando te digo que eres una linda chica? tú también eres muy bonita.
-no. ni punto de comparación con marcia. todo el mundo la prefiere a ella antes que a nadie.
natalia había agachado la cabeza después de decir lo anterior quedándose un poco pensativa. antonio se la levantó delicadamente y la besó en los labios. natalia, un poco azorada se levantó dirigiéndose a la puerta que da al balcón sin entrar en él. antonio la siguió quedándose detrás de ella y susurrándole al oído, le dijo:
-¿crees que voy por la vida besando chicas feas? yo sólo beso preciosidades y tú, natalia, eres una de ellas.
natalia giró su cuerpo para alejarse de él, pero antonio la atrajo hacia él y la volvió a besar, ya no una, sino varias veces, pues natalia estaba como paralizada por el nerviosismo, la excitación y el deseo que crecía en ella.
natalia no podía creer que estuviese viviendo ese momento. tenía a antonio, un apuesto y guapo chico que le gustaba, ahí, seduciéndola en su propio dormitorio diciéndole entre besos lo bonita que era. ¡ah! y también le agradaba la idea de que tal vez le estaba birlando un galán a marcia en sus propias narices. ¡a ella precisamente, la chica más hermosa del pueblo! era el día perfecto, o mejor dicho, la noche perfecta.
entre besos correspondidos ambos terminaron encima de la cama tratando de no hacer ruido pero al primer crujido fuerte antonio fue de la idea de colocar el colchón sobre el piso y así lo hicieron. una vez hecho esto ambos se desnudaron y se colocaron encima de él.
natalia no sabía muy bien qué hacer en ese momento. si quedarse quieta y dejar que antonio haga todo y la guíe o tomar alguna iniciativa. así que como le iba muy bien con los besos, pues se dio a la tarea de besarlo a cada momento y aquello le funcionó.
antonio recorrió todo el cuerpo de ella con sus manos y sus labios, deteniéndose largamente en sus zonas sensibles. natalia a cada momento tenía que taparse la boca para atenuar los gemidos de placer que él le estaba proporcionando. en un determinado momento antonio la colocó en posición para penetrarla y al tener conciencia de su virginidad, él mismo le puso una mano en la boca para ahogar cualquier sonido fuerte que pudiera salir de ella. aquella acción disparó eróticas fantasías reprimidas que acentuó la excitación llevándolos a ambos a un viaje de placer extremo.
..........
después de algún tiempo, ya casados, y en una de esas ocasionales peleas que las parejas siempre tienen, una vez natalia le espetó:
-cómo lamentarás no haberte equivocado de dormitorio aquella noche y haber entrado al de marcia en lugar del mío.
-para que no vivas engañada, te lo diré de una buena vez. ¡siempre supe a qué dormitorio entrar! fui por ti, siempre por ti y por nadie más. sólo tú.
y tomándola de la mano se fueron al lecho.
fin de la discusión, y fin de esta historia también.
alarmada, marcia la siguió.
-¡¿qué te ha pasado? ¿por qué estás así? ¿alguien te ha dicho algo o hecho algún daño?! ¡contesta! -le dijo una vez que llegó hasta ella.
-no, nada, sólo una tontería de chicos idiotas. -dijo natalia sin querer soltar prenda por orgullo.
aquella respuesta tranquilizó un poco a marcia, pero así y todo insistió, pues ella quería mucho a su hermana menor y siempre trataba de protegerla de todo.
-y, ¿qué fue esta vez?
-yo venía para acá y unos chicos que estaban en la esquina al parecer estaban hablando de las chicas del pueblo y le alcancé a escuchar a uno de ellos, sobre lo fea que era yo sin saber ellos que yo estaba cerca y que los podía oír. cuando me vieron, uno de ellos, miguel, creo, llegó a decir: "y hablando de la reina de francia..."
-olvídalos. mejor ven a la sala para que te distraigas.
-no, mejor no. mejor me quedo en mi cuarto.
-está bien, como quieras.
lo que natalia no le dijo a marcia por orgullo es que ella había escuchado mucho más, que los chicos la habían comparado con marcia y que ella, natalia, había perdido en la comparación. y era siempre así, los chicos siempre iban detrás de marcia prefiriéndola antes que a ella. y esto sucedía incluso en su propia familia, pues natalia sentía que marcia era la preferida de sus padres y esto le causaba dolor y resentimiento hacia ella a pesar de lo mucho que la quería. natalia tenía sentimientos encontrados hacia su hermana mayor.
aquella pequeña reunión en la sala terminó y con el paso del tiempo toda la actividad de la casa cesó. natalia, vencida por el cansancio y el fastidio se quedó dormida, pero a eso de las nueve de la noche se despertó y se desnudó para vestirse adecuadamente para irse a dormir, pues se había recostado encima de la cama con su ropa de calle.
a eso de las diez de la noche, teniendo el sueño un tanto ligero, un ruido sostenido y desigual como del roce de una persona subiendo por la parte exterior de la casa ayudado por las enredaderas y los listones de madera que las sostenían la despertó del todo. y, cuando oyó sus ligeras pisadas ya en su balcón, no sabía muy bien a qué atenerse. así que guardó silencio.
-marcia, ¿estás ahí? -dijo una susurrante voz juvenil que natalia no pudo reconocer pero que le era familiar. y, traspasando casi la puerta entreabierta que conectaba el balcón con el dormitorio, añadió: -marcia, ¿sigues dormida?
-antonio, -le dijo también susurrando natalia, al mismo tiempo que lo jaló del brazo haciéndolo pasar a su cuarto. -¿es que quieres morir? si mi padre te ve aquí, te mata a balazos. ¿cómo se te ocurre? -terminó por decirle.
-oh, esto no está bien, nada bien. ¡me equivoqué de cuarto! además, marcia no sabe nada de esto, quería darle una sorpresa. y su balcón está un tanto alejado, ni estirando las piernas llego, tendría que ir por las enredaderas y encima, tú estás enterada de todo.
-por impulsivo mira ahora en lo que te has metido, y de paso a mí también. si mi padre te encuentra aquí, te mata; y yo, tampoco la pasaré bien.
ambos terminaron sentándose juntos en el borde de la cama sin saber muy bien qué hacer.
-al menos moriré en el cuarto de una linda chica. -dijo antonio sonriendo un tanto nervioso.
-vamos, que no estoy para bromas. -le dijo natalia tratando de mirarle a los ojos para saber si era sincero, pero la penumbra se lo impedía. -además, -añadió- tú has venido por marcia y si salgo para pasarle la voz, despertaré a mis padres y querrán saber qué está ocurriendo.
-olvídate de marcia, ¿cómo puedes pensar en marcia en estos momentos? porque, yo no. y, a ¿qué bromas te refieres cuando te digo que eres una linda chica? tú también eres muy bonita.
-no. ni punto de comparación con marcia. todo el mundo la prefiere a ella antes que a nadie.
natalia había agachado la cabeza después de decir lo anterior quedándose un poco pensativa. antonio se la levantó delicadamente y la besó en los labios. natalia, un poco azorada se levantó dirigiéndose a la puerta que da al balcón sin entrar en él. antonio la siguió quedándose detrás de ella y susurrándole al oído, le dijo:
-¿crees que voy por la vida besando chicas feas? yo sólo beso preciosidades y tú, natalia, eres una de ellas.
natalia giró su cuerpo para alejarse de él, pero antonio la atrajo hacia él y la volvió a besar, ya no una, sino varias veces, pues natalia estaba como paralizada por el nerviosismo, la excitación y el deseo que crecía en ella.
natalia no podía creer que estuviese viviendo ese momento. tenía a antonio, un apuesto y guapo chico que le gustaba, ahí, seduciéndola en su propio dormitorio diciéndole entre besos lo bonita que era. ¡ah! y también le agradaba la idea de que tal vez le estaba birlando un galán a marcia en sus propias narices. ¡a ella precisamente, la chica más hermosa del pueblo! era el día perfecto, o mejor dicho, la noche perfecta.
entre besos correspondidos ambos terminaron encima de la cama tratando de no hacer ruido pero al primer crujido fuerte antonio fue de la idea de colocar el colchón sobre el piso y así lo hicieron. una vez hecho esto ambos se desnudaron y se colocaron encima de él.
natalia no sabía muy bien qué hacer en ese momento. si quedarse quieta y dejar que antonio haga todo y la guíe o tomar alguna iniciativa. así que como le iba muy bien con los besos, pues se dio a la tarea de besarlo a cada momento y aquello le funcionó.
antonio recorrió todo el cuerpo de ella con sus manos y sus labios, deteniéndose largamente en sus zonas sensibles. natalia a cada momento tenía que taparse la boca para atenuar los gemidos de placer que él le estaba proporcionando. en un determinado momento antonio la colocó en posición para penetrarla y al tener conciencia de su virginidad, él mismo le puso una mano en la boca para ahogar cualquier sonido fuerte que pudiera salir de ella. aquella acción disparó eróticas fantasías reprimidas que acentuó la excitación llevándolos a ambos a un viaje de placer extremo.
..........
después de algún tiempo, ya casados, y en una de esas ocasionales peleas que las parejas siempre tienen, una vez natalia le espetó:
-cómo lamentarás no haberte equivocado de dormitorio aquella noche y haber entrado al de marcia en lugar del mío.
-para que no vivas engañada, te lo diré de una buena vez. ¡siempre supe a qué dormitorio entrar! fui por ti, siempre por ti y por nadie más. sólo tú.
y tomándola de la mano se fueron al lecho.
fin de la discusión, y fin de esta historia también.