-¿en verdad quieres que lo encuentre? ya ha pasado treinta años y como me lo mencionaste ayer, lo busqué a través de las redes sociales y no lo encontré por ninguna parte. tal vez hasta es posible que se lo llevara la pandemia; recuerda que los hombres murieron en un porcentaje mayor que las mujeres -le dijo verónica, mirándola con cierto aire de tristeza.
-no, eso no. yo estoy muy segura que está vivo -dijo pausada y lentamente, alba.
-la casa familiar donde vivía fue vendida hace mucho tiempo ya; puede incluso que esté viviendo en el extranjero. de seguro tiene esposa e hijos. ¿porqué no lo has olvidado a pesar del tiempo transcurrido? tu amor por él, aparte de inútil, se convirtió en capricho y obsesión.
-yo lo único que deseo es verlo por última vez, despedirme de él; no hablarle de un amor pasado ni reprocharle nada. ¿qué le voy a reprochar? él jamás me amó y me lo dejó muy claro.
-amiga, y si lo llegara a encontrar, a la última persona que quisiera ver sería a mí. la última vez que hablamos discutimos muy fuertemente. discutimos por ti y no quedamos en muy buenos términos, como se dice.
-eso nunca lo supe, jamás me dijiste nada.
-en fin, le he dado muchas vueltas a esto y la única oportunidad que tengo para poder hallarlo es contactándome con paulo ibáñez.
-¿paulo ibáñez? ¿el conocido periodista de investigación odiado por políticos y empresarios corruptos a los cuáles recientemente sacó a la luz y que actualmente está siendo presionado por una prensa mediática ligada a esta gente impresentable? ¿de dónde lo conoces?
-coincidimos en un curso de lengua en la universidad. cada uno en nuestras respectivas carreras.
-entiendo, contáctate con él, y ojalá tengas suerte.
-sí.
..................................................................
conduciendo su coche; verónica, acompañada de paulo ibáñez llegaron hasta la caseta de seguridad de una zona residencial casi a las afueras de la ciudad. una vez que el coche se detuvo, el vigilante se acercó a verónica.
-muy buenos días señora, ¿en qué la puedo ayudar?
-quisiera por favor hablar con el ingeniero edmundo alarcón. ¿me podría contactar con él?
-¿el ingeniero la espera?
-no.
-lo siento señora. en estos momentos la familia está de duelo y ha prohibido terminantemente las visitas y todo tipo de comunicación. si desea dejar algo o transmitir alguna información, lo puede hacer a través de mí y yo se los haré llegar en el momento oportuno.
-me ha dicho que la familia está de duelo, y por lo que me ha dado a entender, él está bien. ¿al menos me podría decir dónde es el velorio o el sepelio?
-el velorio fue ayer, señora. el sepelio de la esposa del ingeniero alarcón se llevará a cabo en el cementerio alemán a las tres de la tarde del día de hoy.
-muchas gracias. ha sido usted la amabilidad en persona.
-por nada, buenos días.
una vez que el vigilante caminaba hacia su caseta y ella ponía en marcha su coche, verónica le dijo a paulo.
-tengo que cambiarme de ropa por otra más apropiada para entrar al cementerio alemán. gracias por acompañarme.
-no, más bien gracias a ti. acompañarte me ha distraído lo suficiente como para aclararme ciertas cosas en las que estoy inmerso.
.............................................................................
minutos después de las tres de la tarde verónica preguntó en la entrada del cementerio alemán en qué sector del mismo se iba a llevar a cabo el entierro de la esposa del ingeniero alarcón. una vez obtenida la información pasó lentamente con su coche a través de un camino donde sólo se veían lápidas tanto a derecha como a izquierda en un terreno amplio lleno de verdor con algunos árboles diseminados por doquier.
una vez que llegó al lugar y vio a un grupo de gente, detuvo el coche y se bajó de él. como estaba un poco lejos, aguzó la mirada para reconocer a edmundo, y al dar con él, se limitó a estar alejada haciendo pasar el tiempo leyendo las lápidas de otras tumbas esperando de esta manera a que la ceremonia del entierro finalice.
al termino de la misma y luego del intercambio de algunas cuantas palabras de consuelo de los acompañantes hacia la familia más cercana al momento de despedirse, subieron a sus respectivos coches y empezaron a retirarse del lugar.
una vez solo, edmundo volvió a la tumba de su esposa, y luego de unos cuantos minutos de estar allí se alejó de ella. verónica fue a su encuentro y estando aun un poco lejos de él, lo vio agacharse y recoger lo que parecía ser una especie de tarjeta que lo dejó absorto, sumergido en sus propios pensamientos.
"¡otro joker! -se dijo a sí mismo edmundo-. ¡qué raro! ayer encontré otro también, y yo no tengo ningún problema que resolver. es normal que ciertos sueños se me repitan y actúe en consonancia con respecto a ellos durante el día, pero que el destino me envíe de nuevo las mismas señales de otro tiempo por medio de objetos físicos es bien extraño.
"aquella primera vez de la aparición de los cuatro joker resolví rápida y satisfactoriamente aquel problema. me sentí como napoleón atravesando a marcha forzada los alpes y cayéndole encima al general mack haciéndole rendir su ejército completo en ulm sin disparar un sólo tiro. el pobre general pensaba que el gran corso estaba en parís. a aquellos jokers les debo mi actual posición y mi fortuna."
en estos y otros pensamientos estaba sumergido edmundo y aún seguía en ellos cuando levantando la vista al frente y con el joker todavía en su mano vio a verónica que se le acercaba. una vez frente a frente, ella le dijo:
-mi más sentido pésame edmundo. me enteré de lo de tu esposa esta misma mañana.
-gracias -dijo él, y como queriendo abreviar aquella conversación, fue al único tema que ellos dos podían tratar y preguntó-, ¿alba?
-sí, por ella estoy aquí. está internada en el hospital; está muy mal, sólo quiere verte y despedirse de ti.
aquello lo dejó pensando y sintiendo el naipe todavía en su mano, lo miró y se dijo a sí mismo: "acabemos con esto de una buena vez; tal vez sea por alba la aparición de los jokers."
-vamos, te sigo. supongo que has traído tu coche.
-sí; y ya veo que has encontrado un bonito joker.
-es algo más que un bonito naipe -le dijo mientras subían a sus respectivos coches.
una vez en el hospital y al momento de bajar edmundo de su coche, tuvo que tener mucho cuidado de no pisar dos joker que estaban en el pavimento. al agacharse y recogerlos, verónica le comentó al ver toda la escena:
-¡qué curioso! ¿te siguen los jokers?
-algo así.
.................................................................................................
ellos entraron al hospital y luego de subir al ascensor que los transportó al quinto piso y caminar hasta la habitación 525, verónica entró sola y le dijo a alba:
-edmundo está aquí.
luego de arreglarla un poco y ponerla cómoda, salió de la habitación y edmundo entró. una vez que la tuvo lo suficientemente cerca la saludó.
-hola alba.
-muchas gracias edmundo por venir, aunque casi no me encuentras porque hace como diez minutos la doctora hizo su ronda y me dio el alta.
-¿el alta? verónica me dijo que estabas muy mal.
-bueno, ya sabes, el alta que se les da a los pacientes que ya no tienen esperanza de curación y los envían a su casa a morir; de todas maneras tendré visitas del personal médico todos los días.
alba hablaba pausado, tratando de no agitarse. ella no le dio el pésame porque verónica no le dijo nada con respecto a edmundo y estaba ignorante de todo con respecto a él.
-¿ninguna esperanza de curación? ¿qué es lo que tienes?
-existe una esperanza pero es muy difícil hallarla. necesito operarme, pero para que me operen tienen que hacerme una transfusión de una sangre especial, tan especial que le llaman "sangre dorada". en este país nadie la tiene y por ese motivo nadie me la puede donar.
cuando edmundo escuchó lo de "sangre dorada" recordó de golpe lo que una vez le dijo de niño su madre: "eres un niño especial, pues nadie tiene tu sangre". fue a raíz de un accidente que tuvo jugando con sus amigos y fue atendido en el hospital. con el transcurrir de los años aquello lo olvidó. podría estar equivocado. ¿en qué contexto le dijo eso su madre? para no alentarle a alba falsas esperanzas, sólo le dijo:
-necesito hablar con tu doctora. ¿cuál es su nombre?
-micaela salas.
-ya vuelvo. voy a hablar con ella.
.....................................................................................................
edmundo salió de la habitación y le dijo a verónica que esperaba afuera:
-necesito hablar urgentemente con la doctora micaela salas, es quien atiende a alba.
-¿qué pasa?
-pasa que alba necesita un tipo muy raro de sangre para poderse operar y tal vez pueda ser yo su donante, no lo sé. no entiendo de tipos de sangre, no sé si la mía le sirva. tendría que ser analizada. sólo su doctora lo puede decir.
caminando rápidamente llegaron hasta la recepción y él le preguntó a la enfermera por el consultorio de la doctora micaela salas.
-llegan hasta el final de pasadizo y doblan a la izquierda. su consultorio es la tercera puerta.
cuando llegaron a su consultorio la puerta estaba entreabierta; al mismo tiempo que daba unos ligeros golpes sobre ella, edmundo preguntó:
-¿doctora micaela salas?
-sí, pase.
una vez dentro, y ante la invitación de que se sentasen, cuando edmundo se disponía a hacerlo vio un joker en el borde del escritorio de la doctora y exclamó:
-¡cinco! he encontrado cinco jokers.
-cuatro -dijo verónica.
-con el de ayer suman cinco -insistió edmundo.
-¡ah, el joker! mi hijo estuvo jugando con los naipes de su padre y debió haberlo colocado en algún momento en mi bolso. lo acabo de sacar al buscar unas cosas en ella -dijo la doctora micaela salas.
-su hijo lo colocó para mí y ya son cinco los joker que he encontrado -aseveró edmundo.
-disculpe, no entiendo -dijo extrañada la doctora micaela salas.
entonces, edmundo sacó del bolsillo interior de su saco cuatro joker y los puso al lado del que estaba en el borde del escritorio. la doctora al verlos, comentó:
-son tan diferentes y tan bonitos.
-en el juego del casino un joker vale quince puntos y el que lo tenga prácticamente tiene el juego ganado. yo tengo una mano ganadora.
-bien. pero no es acerca de jokers encontrados por lo que están aquí -dijo la doctora micaela salas.
-doctora, acabo de hablar con su paciente de la habitación 525 a la que le ha dado de alta y ella me dice que necesita cierto tipo de sangre especial para poderse operar y tal vez yo podría ayudarla.
la doctora mirándolo con atención le dijo:
-¿tiene usted la "sangre dorada"?
-no estoy seguro, doctora. de niño sufrí un accidente y me trasladaron al hospital, sólo recuerdo que una vez en casa mi madre me dijo: "eres un niño especial, pues nadie tiene tu sangre".
-con el respeto que se merece su madre, lo más probable es que esté equivocada o que aquel comentario se refiera a otra cosa. sería una negligencia atroz que el sistema de salud no haya registrado la existencia de una persona en el país con "sangre dorada" -le dijo la doctora.
-doctora, de todas maneras quisiera que mi sangre sea analizada -dijo edmundo.
-eso téngalo por descontado -contestó la doctora.
y no había terminado de hablar cuando ella apretó el intercomunicador y comunicándose con la enfermera de recepción le dijo:
-gladys, hace más de veinte minutos te he dejado la historia clínica de la paciente alba swiderski de la habitación 525. la necesito en este momento.
-sí, doctora -fue la respuesta.
y mientras ella llegaba la doctora les preguntó:
-¿ustedes son familiares de la paciente?
-somos amigos desde la adolescencia -contestó edmundo.
-desde antes que nos saliera acné -dijo verónica risueñamente.
fue entonces que la enfermera llegó con la historia clínica y la doctora retirando de ella la hoja del alta se la devolvió.
-eso es todo -le dijo, y la enfermera salió.
-esto es lo que haremos -dijo la doctora dirigiéndose a edmundo-: se le tomará una muestra de sangre la cual será analizada; si es la que necesita la paciente, a usted se le llamará para realizar una transfusión directa porque es lo mejor en estos casos y la operación se hará cuanto antes. la paciente ya no puede esperar más. así que vamos.
y mientras se paraba, edmundo apretó los jokers contra el escritorio con cada uno de los dedos de su mano; y ni a la doctora, ni a verónica, les pasó desapercibida aquella acción. luego salieron.
fin