es muy difícil dar a conocer los sueños -o pesadillas como en este caso- que tiene uno mientras se duerme. sé el caso del ajedrecista holandés, el gran maestro jan timman, que apuntaba en un cuaderno lo que soñaba apenas se despertaba. lo dijo en una entrevista y añadió que aquello se lo reservaba para sí mismo.
aun con todo, les contaré lo que me ocurrió en la madrugada del sábado de gloria del 30 de marzo del 2024.
yo estaba durmiendo cuando sentí una corriente de aire cálido presionando sobre mi cabeza, haciendo que me pregunte cómo podría ser aquello si mi dormitorio tiene las dos puertas (una conduce al hall y la otra al jardín interior) mas la puerta de mi ventana principal, completamente cerradas. también se me ocurrió pensar que alguien de mi familia podría haber entrado a mi dormitorio, aunque aquello jamás ha sucedido.
en este punto yo ya no sé si estaba despierto del todo, si estaba entre dormido o despierto, o si mis reflexiones me las estaba formulando en medio del sueño.
el caso es que cuando yo giré la cabeza hacia atrás todo lo que pude, la cual tenía apoyada en la almohada para saber qué era lo que producía aquel viento de aire cálido presionando sobre mi cabeza, vi algo que jamás pensé ver en mi vida.
lo que vi fue una oscura masa negra con forma humana que me estaba soplando la cabeza al cual agarré de los cabellos y que cuando yo ya me estaba preguntando cómo me iba a librar de esa situación; aquel ser desapareció en un tiempo infinitamente corto que no puedo precisar. (un par de segundos, unas milésimas de segundo, no sé).
una vez que todo acabó, encendí la luz de la lámpara de mi velador y vi la hora: 3 y 30 de la madrugada; luego apagué la luz y me acosté para seguir durmiendo.
lo curioso vino después.
ese mismo sábado, horas más tarde, cuando tuvimos una reunión familiar con tres de mis hermanas, un par de sobrinas y mi cuñado en la casa de la menor de mis hermanas; al referirles mi historia, antes de que yo la terminara de contar, intervino una de mis sobrinas, la cual tiene su dormitorio colindante al mío, para decir que su cuarto se sentía tan pesado y opresivo en esa misma madrugada que a lo único que ella atinó fue a cubrirse todo el cuerpo desde la cabeza hasta los pies; y antes de que yo lo dijera, ella mencionó la hora: las 3 y 30 de la madrugada.
días después, y consultándole a una mujer que sabe de estas cosas, ella le dijo que aquel ser no entró a su dormitorio por la presencia de los gatos (mi sobrina duerme con cuatro gatos y una perra labradora negra) y que aquel ente decidió ir mejor a mi dormitorio a través del jardín.
yo varias veces me he preguntado cómo es que mi frazada ha terminado en el suelo a la hora de despertarme. bien, ahora ya lo sé.
y, ¿quién puede ser aquel ente?
yo tengo una idea.
por el acto de soplar sobre mi cabeza creo que es un chamán (brujo); no un chamán moderno que se haya teletransportado espiritualmente hasta mi dormitorio para hacer algún "trabajo" pagado por alguien (aunque podría ser); sino, algún chamán muy antiguo de alguna indeterminada cultura prehispánica que podría haber estado haciendo trabajos chamánicos (incluso hasta sacrificios humanos) sobre el sitio donde mucho tiempo después se construyó mi casa; ya que toda la urbanización y gran parte del distrito donde vivo está asentada en lo que fue la cultura maranga.
hace un tiempo, quizás dos o tres meses atrás, la segunda de mis hermanas que vive conmigo en la misma casa, contó que una noche estando durmiendo en su dormitorio sintió la presencia de alguien a su espalda cuando ella estaba recostada de costado y no le dio importancia porque pensó que era athos, nuestro engreidísimo labrador. grande fue su sorpresa cuando luego se percató que athos no había estado durmiendo a lo largo, a su espalda, como suele hacer sino que estaba hecho un ovillo durmiendo a sus pies.
¿habrá sido el mismo ente? ¿habrá sido otro? ¿cuántos entes habrá en mi casa?